- Aquejada por fenómenos climáticos cada vez más marcados y frecuentes y por la indefinición regulatoria, la pesca industrial del norte grande lucha por la subsistencia en uno de los escenarios más complejos que ha enfrentado en las últimas décadas.
- En estas páginas ofrecemos la visión de los principales actores de la pesca industrial del norte: Pesquera Camanchaca y Corpesca.
Texto y Fotos / Equipo Empres@ctiva
La industria pesquera de la macro zona norte (Regiones XV, I y II) atraviesa días difíciles, muy lejos de los años de esplendor y crecimiento sostenido que registró principalmente en la década del 90, cuando operaban una docena de empresas pesqueras, varias de ellas en esta región, las que daban cuenta de casi 5 mil empleos directos y otros tantos de manera indirecta, y la industria de la pesca jugaba un rol preponderante en el desarrollo del norte grande.
Sin embargo, la realidad hoy es diametralmente opuesta. Producto de una mezcla o “tormenta perfecta” creada por los fenómenos climáticos cada vez más marcados y frecuentes, así como por la incertidumbre que genera la no aplicación de la normativa vigente, la industria pesquera del norte grande registra una caída acumulada ostensible en el volumen de captura anual a partir de 2019, la que hoy se sitúa apenas por sobre un 40% de la cuota anual de captura asignada. Es decir, cerca de 400 mil toneladas de Anchoveta al año, del millón total autorizado.
Esta caída pronunciada ha provocado, obviamente, efectos inmediatos en la industria y en la economía regional. Partiendo por la necesaria reducción en las operaciones de la industria pesquera, la misma que hace un lustro contaba con cerca de 60 embarcaciones operativas (Contando a Corpesca y Camanchaca de manera combinada) y hoy no cuenta más de 10. Siguiendo con la pérdida de casi un millar de empleos directos en la región y otros tantos miles puestos de trabajo indirecto que tradicionalmente creaba la actividad pesquera. Y terminando por el hecho de que la macro zona ni siquiera es capaz de acercarse al cumplimiento de la cuota asignada por la autoridad con la recomendación de las instancias técnico-científicas pertinentes, dejando una cantidad importantísima de recurso sin capturar.
Hasta hace algunos años (Tal como lo relatan y explican nuestros entrevistados a continuación), la industria pesquera encontraba ajustes tradicionalmente aplicados y debidamente regulados por la autoridad, para aquellos períodos en que el cambio o fenómeno climatológico afectaba la disponibilidad del recurso. En efecto, este ajuste consistía en autorizar a las naves industriales para realizar perforaciones de captura programadas, dentro del Área Reservada para la Pesca Artesanal (ARPA) comprendidas por las primeras cinco millas náuticas desde el borde costero.
Con esas perforaciones autorizadas dentro del ARPA, la industria pesquera combinada (Pesca industrial y artesanal) lograba niveles de captura anual cercanos al cien por ciento. Los números al respecto son claros. En el bienio 2018 – 2019, con las perforaciones dentro de las cinco millas autorizadas, el remanente de cuota sin capturar registrado fue de aproximadamente 110 mil toneladas anuales, lo que equivalía a un 15% del total autorizado. Sin embargo, en el período 2020 – 2022, cuando la autoridad administrativa dejó de autorizar o siquiera de pronunciarse respecto de las perforaciones al ARPA, el remanente no capturado creció a 476 mil toneladas, lo que implicó que la industria pesquera ha dejado de capturar casi el 60% de la cuota asignada.
Finalmente y sólo a modo ilustrativo, cabe recordar que la industria pesquera de la macro zona norte se sustenta en la captura de la Anchoveta y consiste en una pesquería Pelágica de Cerco situada en la macrozona norte del Chile, que incluye a las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, lo que completa una superficie de operaciones cuya extensión llega a los 852 kilómetros de extensión.
Gráfico #1
Lectura Gráfico #1
El Gráfico uno muestra claramente como ha decrecido la captura total combinada de la industria pesquera a partir de 2018, marcando una clara diferencia entre los períodos con y sin perforaciones al ARPA.
Gráfico #2
Lectura Gráfico #2
El efecto de la “tormenta perfecta” sobre la capacidad operativa de la industria pesquera, queda en evidencia en este gráfico que muestra la ostensible caída de la flota de pesca operativa combinada en los últimos años.
